El pasado lunes cerraba sus puertas el Palacio de la Música en la Gran Vía madrileña. Uno más de los muchos cines que van cerrando poquito a poco porque el público al parecer está dejando de acudir a las salas. Para alguien que ha sido tan feliz como yo en los cines es una noticia muy triste. Me imagino que es el impacto irrefrenable de las nuevas tecnologias y la falta de capacidad de las empresas cinematográficas para hacerlas frente lo que lleva a esta situación. Tiene difícil solución pero es una pena muy grande que los cines vayan echando el cierre, que las luces de neón y los carteles dejen de llenar calles como la Gran Vía y que esos lugares a los que uno entraba como a un templo de magia a vivir todo tipo de aventuras y experiencias y a ser feliz en definitiva ya estén dejando de existir. Espero que este declinar de los cines no sea imparable y que las películas no se acaben haciendo para consumirlas por Internet o DVD o Home Cinemas caseros...yo desde luego no cambio el mejor sonido, ni el sofá de mi casa, ni la pantalla extra plana, por el encanto maravilloso de la oscuridad de la sala, pertrechado en mi butaca con la pantalla grande y el sonido dolby sorround que como una puerta mágica nos ha llevado a mil mundos y nos ha contado tantas historias que nos hecho tan felices.
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1 comentario:
Qué triste, sí. También el Palacio de la Música... :'-(
Yo también espero que alguien alce la voz y haga algo por salvar esta especie en extinción, el cine-cine de toda la vida, el de nuestros recuerdos y tantas tardes felices.
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